Se hizo esperar, pero al fin llegó. La Muestra Alcarreña de Cortometrajes 2012, la MAC, celebró en la tarde-noche de ayer sábado su décima edición consecutiva –de la mano de Cineclub Alcarreño y Diputación de Guadalajara– , y quien esto escribe tuvo el privilegio de ser testigo y a la vez parte activa de este aniversario como humilde maestro de ceremonias de esta fiesta del cine alcarreño que se prolongó durante algo más de cuatro horas.
Pero debo decir, de entrada, que mis sentimientos son algo contradictorios para con lo que fue la 10MAC. Si algo se había distinguido este certamen de otros en nuestra provincia y alrededores era no sólo su constancia y longevidad en el tiempo, sino su carácter abierto, desenfadado, estival y no competitivo; características que, por dimes y diretes, esta muestra ha ido perdiendo paulatinamente hasta llegar al colofón de anoche, donde, por primera vez, hubo un ránking, un top-ten de premiados –descartando, de entrada, a cuatro de los trabajos ofrecidos- cuya clasificación final fue a criterio, valoración y voto del público que abarrotaba la platea del San José, y que, obviamente, deja un peliagudo interrogante en el aire: ¿ganaron los mejores cortos o los que más simpatías y amiguetes congregaron?
Como digo, fui yo el encargado de dar la bienvenida a un público agradecido y entregado, dispuesto a disfrutar del cine alcarreño que esta MAC traía debajo del brazo, y posteriormente Alberto Sanz –presidente del Cineclub- fue quien explicó al respetable la mecánica del concurso. Después, el turno fue para los cortometrajistas que, en pequeños bloques, fueron presentando sus trabajos. No voy a entrar a valorar uno por uno los catorce cortos vistos anoche, precisamente porque, como digo, creo que iría en contra de lo que yo creo era el espíritu primigenio de la MAC –es decir: dar la oportunidad a todo tipo de realizadores y producciones, ya sean profesionales o aficionados (sobre todo éstos últimos) de mostrar al público y en pantalla grande su obra- . Para mí, todas y cada una de las películas vistas ayer se merecen nuestro reconocimiento –aunque éste no se traduzca en un cheque- , ya que todas llevan a sus espaldas la ilusión, el trabajo y la perseverancia de sus creadores.
Tras un breve descanso, y mientras se realizaba a puerta cerrada el recuento de votos, Plácido Ballesteros, en nombre de la Diputación, subió al escenario para recordar cómo fue la génesis de esta Muestra Alcarreña de Cortometrajes, de las obras rescatadas de Julián Camarillo, de las proyecciones itinerantes por la provincia y del –añorado- Taller de Cine ‘Cámara y Acción’, y, por todo ello, brindó un pequeño homenaje a Julián de la Fuente por su incansable labor durante varios años en todas estas actividades, entregándole una simbólica placa como agradecimiento.
Por último, llegó el momento de la cuenta atrás, y Alberto y yo, alternativamente, fuimos leyendo los títulos más votados –del décimo al primero- : Tiempo (Basilio Rodríguez), ¡Gracias! (Laura Benito y Nacho Hidalgo), Sun, Sand, Survival (Álvaro Moro y Óscar Cavaller), Canapé (Elvira Ongil), Pequeño diablo (Manuel Peco), La presa número 7 (Luis Moreno), Recíclame, por favor (Antonio Ruiz García), Té pakistaní (Daniel Ramírez) y Nihilista (Laura Benito) fueron los títulos agraciados antes de que, por segunda vez en la noche, Julián de la Fuente subiera de nuevo al escenario para recoger el primer premio por Un turista entre un millón como corto más votado de la muestra.
No quiero dejar de nombrar a Conrado Berlinches (Te extraño tanto), Luis David Pedroviejo (Eyengui), Marcos Abad (Usar y tirar) y Carlos Gómez-Trigo (La técnica Schiffer), cuyos trabajos, por las circunstancias descritas anteriormente, no se vieron reconocidos más que con el cariño y el aplauso del público; una recompensa que para algunos puede ser escasa –e incluso injusta- , pero que también hay que saber valorar. Al fin y al cabo, los que hacemos cine lo hacemos para que disfruten los espectadores, ¿no? Por si sirve de algo, desde aquí mi sincero reconocimiento…
Para cerrar la velada, foto de familia de todos los ganadores y, por mi parte, un pequeño y simbólico guiño a la cultura de base y a los artistas –y particularmente, los cineastas- de Guadalajara; sólo nuestra tenacidad, tesón y trabajo lograrán abrir cuantas puertas quieran cerrarnos.
Y el año que viene, volveremos con la 11MAC. Estaría bien en el Moderno…
… ¿no?
[galería de fotos de Mariam Useros Barrero]