Días contados (Imanol Uribe, 1994) fue la primera peli española que vi en una sala cinematográfica; un film que en su día me impresionó, y que hoy, casi dos décadas después, no sólo no ha perdido un ápice de crudeza o realismo, sino que ha quedado como fiel retrato de una sociedad en decadencia y sin horizonte ni futuro a las puertas del nuevo milenio. Un Clásico del s. XX que se llevó ocho premios Goya en 1995… [leer crítica]