
Está a punto de cumplirse un año desde que la Junta de Castilla-La Mancha decidiera echar el cierre sine die al Teatro Moderno de Guadalajara. Un año que del desconcierto -principalmente en el seno del Cineclub Alcarreño– se pasó a la indignación ciudadana, formalizada como Plataforma Contra el Cierre, a la que desde la administración regional se la tachó de impertinente y equivocada porque, según ellos, «el Moderno no estaba cerrado», sino tan sólo en la habitual pausa estival de cada julio y agosto.
Pero pasó el verano, y cuando una simbólica cola de más de mil personas se citó de manera espontánea un viernes por la noche frente a las puertas de este espacio escénico, el argumento pasó a ser «la inminente externalización de la gestión del Teatro para un mejor aprovechamiento de los recursos». Dicho en plata: que lo iban a privatizar sí o sí porque «su mantenimiento era una sangría» (sic).
En una maniobra aparentemente bienintencionada, se nos dijo que nos constituyéramos como asociación cultural para poder optar al concurso público de gestión cuando el pliego de condiciones, «que ya estaba casi listo», viera la luz. Así nació Amigos del Moderno, que a día de hoy cuenta con más de cuatrocientos socios (y sigue creciendo), ciudadanos de a pie de toda ideología, edad y condición dispuesto a aportar una cuota, aunque sea simbólica, y su colaboración para mantener el Teatro en funcionamiento.
Y ahora, casi doce meses después, en un un nuevo regate digno del mejor futbolista del mundo, el consejero de cultura Marcial Marín -a quien, a estas alturas, ya podemos bautizar como ‘Marcialinho’- dice que «el edificio es peligroso» y que debe mantenerse cerrado «hasta que sea moderno y seguro».
De todo esto y de alguna cosilla más he tenido la oportunidad de charlar en Canal 19 2.0 TV Guadalajara –ya lo hice el pasado mes de septiembre, cuando el movimiento ciudadano estaba arrancando- junto con dos grandes profesionales de la información como son Óscar Cuevas y Borja Torre. Fue en el programa ’19 horas’ del lunes 20 de mayo y podéis verlo aquí, a partir del minuto 33:30 aproximadamente (siento que en el frame aparezca Guarinos, son cosas del YouTube):
En fin, no sé a vosotros qué os parece pero a mí todo esto me huele a cuerno quemado, y mientras se caen los techos en el palacio de la Diputación Provincial no siento ningún temor por pasear bajo la fachada del Teatro ni creo que sea inseguro el inmueble. Porque, de ser cierto, ¿dónde están los informes técnicos que tantas veces hemos reclamado? Que los muestren, aunque sólo sea por callarnos la boca… ¿y por qué no están los arquitectos y los obreros arreglando un edificio tan potencialmente peligroso para los viandantes?
Continuará…