Confieso que han pasado varias semanas desde que vi, ya en formato doméstico, Los amantes pasajeros. Y si finalmente me he decidido ha sido por dos razones: advertir al lector/espectador que aún pueda andar algo despistadillo e indeciso sobre si animarse o no a ver esta película –de entrada ya anticipo que mi opinión es nefasta- ; e intentar discernir acerca de la paulatina pero constante caída en picado, de un tiempo a esta parte, de quien es considerado uno de los cineastas más talentosos de todo el planeta cine… [leer más]