
Son ‘Cómicos de la Legua’ y pertenecen a la compañía Sol de Nit. Esta semana han estado sobre las tablas del Teatro Auditorio Buero Vallejo para representar, en doble sesión matinal y ante los alumnos de varios colegios e institutos de Guadalajara, una versión reducida del Don Juan Tenorio. Y, a tenor de la entusiasta respuesta del joven público, parece que no les fue nada mal en esta parada alcarreña dentro de su gira por todo el territorio español, que arrancó el pasado mes de octubre y que ya ha recorrido Cataluña, Valencia, Andalucía, Murcia y Madrid.
Cuatro son estos cómicos -que no sólo actúan: montan y desmontan el decorado, controlan el atrezzo, cuidan el vestuario, etc.- : Aída Peces, Benja Toledo, Raúl Llopart y Nico Higueras, este último un viejo amigo a quien hacía demasiados años que no veía y con quien compartí mis primeras experiencias en el cine amateur hace ya casi veinte años –Noche de infarto (1997)- , además de protagonizar mis primeros cortos alcarreños: Aldea Muriel (rodado en La Vereda en 2002) y Suerte (Guadalajara, 2003). Cuatro intérpretes para todo un clásico de la literatura española, que, como supongo sabéis, está poblada de muchos más personajes; como aquellos teatreros de la recordada obra de Fernando Fernán Gómez -primero literaria, luego cinematográfica- , viajan de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, devoran kilómetros y kilómetros para luego multiplicarse en varios y poder así encarnar a todo el elenco de la inmortal obra de José Zorrilla: salvo Nico, que encarna al Tenorio -personaje perenne en prácticamente todas las escenas- , los demás se reparten a doña Inés, don Gonzalo, don Luis, Brígida, Centellas, el Escultor…
Ardua tarea, sin duda, pero ellos, están entusiasmados: «está teniendo un éxito tremendo, está conectando con los públicos más difíciles (y con los más fáciles también, por supuesto), va muy bien.» Al final de cada función interactúan con los asistentes, buscando su participación y complicidad: «ellos mismos nos preguntan sobre los ‘trucos’ del teatro, como, por ejemplo, qué es esto que llevamos en la cabeza», asevera Nico mientras descubre el pequeño micrófono disimulado entre el cabello.
Sin embargo, es inevitable sacar a colación la crisis en el sector: según un estudio de la Fundación AISGE publicado en enero pasado, tres de cada cuatro actores españoles está en el paro, y al menos un 55% de los que trabajan lo hacen por debajo del salario mínimo interprofesional. «Es terrible, una desolación. Muchos compañeros se han tenido que ir (fuera de España), otros han tenido que abandonar su vocación por otros trabajos, porque hay que comer.» Sin embargo, aseguran que «nos sentimos bastante afortunados, porque seguimos trabajando y cobrando», lo que les hace tener sentimientos contradictorios: «felices a nivel personal, tristes por ver lo que está pasando […] El teatro lleva en crisis ¿cuánto? ¿tres mil años? De momento seguimos vivos, estamos ya un poco acostumbrados a la crisis», pero reconocen que a la mala situación del gremio hay que sumar «una crisis global, un sistema decadente que nos impide hacer planes a medio-largo plazo».
Ni siquiera este exitoso Tenorio tendrá continuidad más allá de la primavera, cuando finalice la gira: «pasamos un cuestionario a los profesores para que nos cuenten qué les ha gustado y, sobre todo, qué obra les gustaría ver para el próximo curso.» Sus representaciones coinciden, por tanto, con el grueso del curso escolar, y cruzan los dedos para volver a ser llamados «y realizar un nuevo montaje de cara al siguiente año académico». ¿Y mientras tanto? Pues entre pequeños bolos, fiestas y despedidas de solter@s, cada uno de estos cómicos ha de buscarse la vida por sucuenta. «Yo, por ejemplo, volveré a Barcelona y me pondré a trabajar de comercial con un amigo», confiesa Nico. Porque cobrar cobrarán, pero desde luego su reducido caché no les da para retirarse durante los meses de barbecho forzoso. Eso es una quimera. Quizá el secreto para no caer en la apatía es no parar, seguir buscando y buscando proyectos: «Acabo de terminar un ‘Quijote’ en Italia, y en cuanto finalice ‘Don Juan’ me pondré con ‘La zapatera prodigiosa'», obra que estrenará el 6 de abril en Valencia y que espera poder llevar a la Ciudad Condal a partir de mayo. «Seguir en el teatro pero sin descuidar otros trabajos, porque hay que comer… pero también hay que ser feliz».