El pasado mes de enero Mariam y yo nos escapamos unos días a Roma: la ciudad eterna. Una capital que cada esquina esconde un resquicio de la historia, caótica y hermosa a la vez, y a la que, por supuesto, no podíamos dejar de retratar con nuestras cámaras.
La próxima semana publicaré en este blog las típicas e inevitables postales turísticas; hoy os dejo con esta pequeña y modesta selección de contraluces, donde, quizá, podréis reconocer la columna de Trajano o el Monumento a Víctor Manuel, entre otros… [ver galería completa]