Confirmado: Paco León no tiene un pelo de tonto, y más allá de su famoso personaje catódico está la mirada de un cineasta con mucho que decir. Ya puso patas arriba el stablishment cinematográfico español cuando hace un par de temporadas lanzó Carmina o revienta (2012), su ópera prima, de manera simultanea en salas y soportes domésticos; esta vez trae una segunda -y última- entrega de un díptico con un guion mucho más trabajado y una inusitada naturalidad y fluidez a la hora de trabajar una tragicomedia contundente, brillante por momentos y llena de matices. Y frente a la cámara, de nuevo, una fuerza de la naturaleza como es Carmina Barrios y el talento natural de María León, madre y hermana en la vida real del realizador… [leer crítica]