Hace tiempo que no le vemos delante de una cámara, y es verdad que las últimas comedias que dirigió eran cualquier cosa menos graciosas; pero hubo un tiempo en que Mel Brooks creó personajes memorables -el televisivo Superagente 86– , lo bordó con excelentes parodias –El jovencito Frankenstein (1974); Spaceballs (1987)- e incluso se atrevió a producir a nuevos talentos como David Lynch o David Cronenbergh… [leer más]