En apenas unas horas, el Festival de Cine Solidario de Guadalajara alzará el telón por duodécimo año consecutivo. Hasta el sábado 4 por la noche, quienes se acerquen al Teatro Auditorio Buero Vallejo podrán disfrutar de nada menos que de casi un centenar de cortometrajes -repartidos en diez secciones- además de actividades paralelas como el ya tradicional Hall Solidario, conciertos, talleres, exposiciones, etcétera.
A modo de previa del FESCIGU, detengámonos en las propuestas cinematográficas del evento. De entrada, una de las mayores alegrías que se pueden encontrar tanto los espectadores como los creadores oriundos es el regreso de la Muestra Alcarreña de Cortometrajes al Festival, ya que si bien es cierto que la MAC había logrado consolidarse como una actividad propia en los tiempos de bonanza creativa, el abandono del patrocinio por parte de la Diputación a esta actividad y la reducción del número de producciones que al cabo del año se llevan a cabo en la provincia invitaban a que los cortometrajistas alcarreños al menos se vieran recompensados pudiendo ver y mostrar sus obras en el mejor escenario posible.
Las diferentes secciones vienen a ser, por lo general, las mismas que en años anteriores, destacando –por ser las que más público atraen, quizá también porque son en las que el respetable puede elegir sus favoritos- los Requetecortos –que volverán a ser el plato fuerte del último día, antes de anunciarse el palmarés- y la Sección Oficial.
Y en cuanto a títulos se refiere, os puedo asegurar que el nivel que apunta este año el FESCIGU es verdaderamente alto; la mayoría aún no los he visto –como un espectador más, espero descubrirlos durante las proyecciones- , pero otros son ya bastante conocidos para quienes nos movemos en el mundillo. Sorprende, es verdad, que Namnala (Nacho Solana, 2014) –uno de los trabajos póstumos del tristemente desaparecido Álex Angulo que trata sobre inmigración- o Pelucas (José Manuel Serrano Cueto, 2014) –preciosa historia de amor y amistad con el cáncer como telón de fondo- se hayan quedado fuera del certamen; o que otros tan potentes como Democracia (Borja Cobeaga, 2013), Similo (Zacarías&MacGregor, 2014) o Acabo de tener un sueño (Javier Navarro Montero, 2013) –para mí, el mejor trabajo de cuantos vi en el último Festival de Cine de Villamayor de Santiago- , estén pero no tengan opción a premio.
Pero que nadie piense por ello que el FESCIGU baja puntos: atentos todos a la fina ironía de Óscar Bernàcer en Bikini (2014) –un director que ya arrancó merecidos aplausos en Guadalajara gracias a Desayuno con diadema (2013)- , a la contundencia árida de Cólera (Aritz Moreno, 2013) o al mensaje entre líneas que nos dejará Inside the box (David Martín-Porras, 2013) –cuyo director, emigrado a los USA, está preparando un largometraje a partir de este corto- . Eso por no hablar de las ganas que tengo de ver lo último de Alberto Ruiz Rojo –director de Flash (2014) y cuya magistral Diez minutos (2004) ya fue premiado con justicia en la cita de hace diez años- o La ropavejera (2014) de Nacho Ruipérez, un realizador a quien vengo siguiendo por redes sociales desde hace tiempo pero que cuya obra aún no he podido visionar. Todo esto, claro, sin mencionar a nuestro muy querido amigo Pedro Solís y sus Cuerdas (2013), que serán los encargados de inaugurar todo lo que nos ofrece el FESCIGU 2014 el martes por la tarde.
Todo esto y más es lo que nos espera en la edición de este año. Pero lo mejor no es que os lo cuenten, sino que vengáis y lo descubráis.
#yosoydelFESCIGU. ¿Y tú?