Hay muchos elementos que funcionan muy bien en La isla mínima (2014), la última película de Alberto Rodríguez (2012); sin embargo, y a pesar de las excelentes críticas cosechadas y el respaldo mayoritario del público, encuentro que este thriller detectivesco ambientado a principios de los ochenta adolece de un guion ciertamente flojo, lleno de trampas y vericuetos sin más intención que trampear con el espectador más fácilmente impresionable… [leer crítica]