Aunque llego con cierto retraso, al fin he podido ver este Boyhood (2014) -aún en cartelera en algunas salas- con la que reivindico, en voz alta y sin rubor, el próximo Oscar al Mejor Director para Richard Linklater. ¿Qué menos para un tío que ha sido capaz de implicar a todo un equipo técnico y artístico para llevar a cabo un rodaje intermitente de ¡doce años! para ilustrar, con inusitada verosimilitud, las etapas de crecimiento y madurez de un crío desde que tiene seis años hasta que cumple los dieciocho? [leer crítica]