Brendan Gleeson, enorme y sutil, nos ofrece una brillante interpretación en esta parábola sobre el egoismo humano en un mundo desquiciado. Sin duda, su trabajo es lo más memorable en Calvary (John Michael McDonagh, 2014), una cinta espléndida por momentos pero de ritmo algo irregular y a la que no es fácil enfrentarse… [leer crítica en Cultura En Guada]