Durante esta Semana Santa se han cumplido veintidós años del fallecimiento de Brandon Lee, quien resucitó para terminar el rodaje de El cuervo (Alex Proyas, 1994); se ha estrenado Fast & Furious 7 (James Wan, 2015), con un Paul Walker revivido para continuar la saga; y hemos sabido que, por contra, Robin Williams dejó ‘blindado’ en su testamento su imagen para evitar aparecer en películas y anuncios tras su muerte. ¿Hasta qué punto es ético que la tecnología nos permita seguir ‘resucitando’ a los que ya se fueron?
Os invito a leer este artículo de opinión que he escrito para Cultura En Guada.