Lo confieso: me he reído, y mucho, con Perdiendo el norte (Nacho G. Velilla, 2015). Es ingeniosa, ágil, ligeramente nostálgica y muy, muy divertida, más en la línea del estilo de Richard Curtis que de la taquillera Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez Lázaro, 2014)… [leer crítica en Cultura En Guada] [entrevista con Julián López en SER CLM]