Este miércoles 6 de mayo los cinéfilos de todo el planeta hemos conmemorado el nacimiento de un genio arrollador, autor de una filmografía tan cuestionable (y cuestionada) como irrepetible: Orson Welles.
Esta celebración y su efímero paso por la alcarreña localidad de Brihuega -donde rodó las escenas iniciales de una de sus películas quizá menos conocidas: Una historia inmortal (1966)- me sirve de excusa para conmemorar también la obra y el mito del autor de Ciudadano Kane (1941) en este pequeño artículo que he escrito para Cultura En Guada.