Casi una década ha tardado el actor Daniel Guzmán en levantar su ópera prima como director de largometrajes, a pesar de los buenos éxitos cosechados con sus cortos Inseguridad (2002) y Sueños (2003).
A cambio de nada (2015) tiene un aire levemente autobiográfico y evidentemente nostálgico, y donde rebosa carisma, autenticidad y frescura… [leer crítica]