La fragilidad del mito.
Mr. Holmes (Bill Condon, 2015) es una película que tiene diferentes lecturas. Si quien vaya a verla es aficionado o fan de los relatos literarios originales de Sir Arthur Conan Doyle, se encontrará con no pocas inexactitudes y licencias con respecto al carisma, la personalidad y la muy peculiar personalidad del mítico personaje; si por el contrario el espectador apenas conocer al detective, si acaso tan sólo por el nombre y por los mitos y tópicos que rápidamente se nos vienen a la cabeza –gracias, sobre todo, a la imagen física que el cine ha construido en los últimos ciento quince años- , seguramente disfrutará con mayor regocijo de esta propuesta agradable, entretenida, sin estridencias pero también sin aspectos sobresalientes… [leer crítica en Cultura En Guada]