Kevin Costner, aún una estrella en ciernes a finales de los años ochenta, arriesgó todo por la apuesta más personal de su carrera, Bailando con lobos (1990), una ópera prima por la que nadie daba un duro y que no solo le catapultó a la cima del éxito con siete premios Oscar (Mejor Película y Mejor Director incluidos), sino que resucitó un género entonces defenestrado, el western.
Ahora que se cumplen 25 años de la llegada de este clásico a las salas españolas, repaso en eCartelera estas diez curiosidades en torno al film que sentó las bases del nuevo cine del Oeste.