Acaba de salir el primer tráiler oficial de Capitán América: Guerra Civil (Anthony & Joe Russo, 2016), el nuevo blockbuster de Marvel que se estrenará a escala planetaria a finales del próximo mes de abril, y durante todo el fin de semana las redes se han trufado de debates, opiniones, críticas, aplausos y chascarrillos varios sobre la fugaz aparición, casi como un guest starring, del Spider-Man bajo cuyas mallas estará Tom Holland.
Dejaos de gaitas. El verdadero hombre-araña castizo y cañí es el que protagonizó, años a, una película mítica y legendaria en el mundo del cortometraje hispano, cuya existencia se rumoreaba por pasillos y aulas de escuelas de cine cual leyenda urbana: una obra friki de edad indeterminada (se cree que se produjo en algún momento de los años ochenta) precursora del hoy llamado mockumentary (falso documental) en la que un hombre-araña talludito, en las antípodas del superhéroe atractivo y musculoso de Hollywood, se quita la máscara para anunciar su retiro, lamentándose de que «los héroes modernos aplastan, machacan, trituran, matan… ya ni Dios distingue a los buenos de los malos». Será imperfecta, pero fue su adelantadísimo discurso fue profético.