
Aunque aún mantengo algunas amistades en el gremio, estar tanto tiempo alejado de los medios de comunicación hacen que uno esté, aun sin quererlo, algo desconectado de los entresijos del sector. Confieso que, quizá por eso, me pilló a contrapié un anuncio inesperado y al mismo tiempo afortunado: hace apenas un par de días supe que la añorada La Tribuna de Guadalajara volvería a los quioscos esta semana, hoy mismo (domingo 10 de abril) para ser más precisos, ahora con periodicidad semanal.
La Tribuna era, para quien no lo conociera, un diario de referencia en la ciudad y en la provincia, donde trabajaron algunos de los mejores profesionales que yo haya conocido. Sin embargo, su cierre en 2009, tras varios meses de conflictos laborales, con movilizaciones de los trabajadores incluidas, fue –o al menos así lo veo yo- el principio del fin de los medios alcarreños: por citar algunos, a volapluma, desapareció otro semanario magnífico, El Decano; nacieron y se fueron El Día, Canal 19, CRN, CNC y La Comunid@d.info; Nueva Alcarria se reconvirtió en bisemanario; y Popular TV se vendió al mejor postor tras una gestión que aún hoy, cinco meses después de irse a barras, arroja más sombras que luces.
Sin embargo, la reaparición de una cabecera tan querida y respetada cuando aún no nos habíamos recuperado de la triste pérdida de Televisión Guadalajara no deja de ser una estupenda y esperanzadora noticia para el periodismo alcarreño. Confieso que aún no he tenido tiempo de sentarme a leer con detenimiento sus muy elaboradas 104 páginas de este primer número, pero, de entrada, las sensaciones que me ha producido son muy buenas: variedad de temas y reportajes que combinan lo local con lo nacional -y más centrados en lo social y cotidiano, y menos en lo político- , estupendas e ilustrativas imágenes –a cargo de un profesional de la fotografía y no de un redactor con un móvil; un plus de calidad que se nota a simple vista- y una maquetación cuidada y limpia a todo color.
Hasta ahora, siempre que he escrito acerca de los medios locales lo he hecho como lamento crítico a un sector que, de un tiempo a esta parte, y salvo un par de honrosas excepciones, parecía en franca decadencia; hoy celebro como el que más este renacer de La Tribuna de Guadalajara, deseando a su equipo la mayor de las fortunas en esta nueva andadura y con la esperanza de que quizá este sea el punto de partida para un nuevo periodismo veraz, sincero, crítico y, sobre todo, honesto: honesto consigo mismo y con los ciudadanos, mirando más a éstos y no tanto a los vientos que soplen desde la administración política de turno.
Buena suerte, compañeros.
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