Si la memoria no me falla, han pasado más de seis años desde que finalizara -inesperadamente, todo hay que decirlo- aquella época gloriosa del ‘¡Esto es espectáculo!’ en Cope Guadalajara. Digo gloriosa no porque fuera un programa excepcional -creo que era muy bueno, sí, pero teníamos medios limitados y media horita semanal tampoco daba para grandes alardes- , pero era un magnífico ratito en el que charlábamos de cine con más pasión que cabeza y, sobre todo, nos echábamos unas buenas risas. Tuvimos momentos míticos, como aquellos especiales del FESCIGU -qué palizas nos metíamos, madre- , la celebración de los 20 años de ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ en Madrid -con alfombra roja y toda la troupe Almodóvar presente, los de antes y los de entonces- o aquél casi improvisado en el que después de decidir a qué presidente de la gran pantalla votaríamos en la vida real, empezamos a repasar algunas de las más hilarantes leyes americanas aún vigentes.

En ‘¡Esto es espectáculo!’ yo era un mero guest starring: quien llevaba ya un tiempo a los mandos -en solitario- y había confeccionado la estructura del espacio era la gran Mónica Gallo, una de esas personas a la que solo se le puede acusar de poner demasiada pasión y corazón en un oficio que tantos disgustos da como es el periodismo. Cuando fiché por la extinta Popular TV, hace casi diez años, Móni era una conocida de las que te cruzas de cuando en cuando en las ruedas de prensa, luego pasó a ser colega eventual -ya se sabe que Cope y Popular eran medios hermanos- y después, gracias a la magia del cine y de las ondas, en una de las mejores compañeras y amigas que jamás he tenido en los medios, hasta el punto de haber colaborado juntos, siempre que hemos tenido ocasión, en cuantos proyectos se nos han puesto por delante, además de haber compartido no solo incontables sesiones de cine, sino también unos cuantos viajes y vacaciones -con nuestros respectivos consortes, of course– .
Como digo -e insisto, si no me falla el disco duro- , aquel entrañable espacio cinéfilo y radiofónico nada sesudo pero muy divertido acabó en 2010, y aunque después hemos seguido trabajando juntos de cuando en cuando y manteniendo nuestra amistad, no nos habíamos vuelto a reencontrar frente a un micro hasta el día de hoy. Mónica ha comenzado hace pocas semanas una nueva andadura en esRadio Guadalajara, y hoy me he pasado un ratillo por allí para dar unas pinceladas de lo que traerá el XIV Festival de Cine Solidario, a puntito de arrancar ya el próximo 4 de octubre.
Posiblemente me pase más veces por la emisora a charlar de cine -o de lo que surja- , porque siempre es un verdadero placer compartir ese ratillo mágico en las ondas con una profesional como la copa de un pino y mujer de bandera, a la que tengo el placer de llamar «mi media naranja cinéfila». El cómo y el cuándo ya se verá: de momento, comparto con vosotros estos veinticinco minutos de radio, cine y amistad.