Vaya por delante que no tengo intención ninguna de indigestar el turrón a nadie. Pero los últimos sucesos acontecidos en Ankara y Berlín, y la terrible situación en Siria a la que parece que nos hayamos resignado, hace que, en estas fechas, me acuerde de un clásico del corto español que, con áspera crudeza, muestra esa otra Navidad que lamentablemente se sigue viviendo en muchos rincones del planeta: la de las guerras, los disparos, las muertes atroces y la perversa violencia de los hombres. Nada de luces, nada de abetos, nada de villancicos y, por supuesto, nada de juguetes: lo que el pequeño protagonista pide para este año es que termine la pesadilla.
Una obra durísima, no apta para todos los paladares, con claras influencias visuales del cine soviético de la primera mitad del siglo XX. Dirigido en 1998 por Iñaki Elizalde y producido por David Ilundain, director de la aclamada ‘B. La película’ (2015), en el reparto encontramos al veterano Txema Blasco, actor con el que tuve la fortuna de trabajar en el rodaje de la producción de Baideifeis ‘Alzheimer. Vivir una vida para olvidarla’ (Jesús Alonso, 2011).
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