Guerra Mundial Z

La invasión de los zombis supervitaminados y mineralizados.

Leí hace no mucho un artículo de opinión en el que el autor argumentaba que cuando un proyecto cinematográfico se tuerce desde el primer día –múltiples versiones del libreto, peleas por derechos y royalties, actores y directores que entran y salen, retrasos en la filmación…- , es muy difícil que de ahí salga algo bueno, o al menos, coherente. Eso mismo debieron decirle al bueno de Brad Pitt, empeñado desde hace más de un lustro en llevar a la pantalla la novela de Max Brooks Guerra Mundial Z: una historia oral de la guerra zombi y que, tras no pocos meses de duros avatares, obstáculos y contratiempos en la producción que podrían convertirla en un estrepitoso fracaso –presupuestos disparados, reescrituras de guion, enfrentamientos entre miembros relevantes del equipo, cambios en las fechas de estreno- , por fin ve la luz.

Y lo hace no sin polémica: aunque no he leído el original literario, por lo que comentan por ahí en webs y otros foros especializados –incluso en boca del propio escritor- el film se parece al libro lo que un huevo a una castaña. Eso me deja amplio margen para hablar con plena objetividad de la película, sin verme influenciado por un material original ya preexistente. ¿Y cuál es el resultado? Pues debo decir que tremendamente entretenido, sin duda, merced sobre todo a una muy eficaz factura técnica –espectaculares esos grandes planos aéreos con miles de personajes en tropel- , una excelente planificación de cada secuencia/episodio –la inquietante subida a la azotea, la llegada al aeropuerto coreano, el claustrofóbico ataque en el avión comercial- y un protagonista que, por qué no decirlo, cumple con solvencia con un personaje heroico pero vulnerable, hecho a su medida.

Pero -¡ay, ya empezamos!- ver el nombre de Damon LindelofPerdidos (TV), Prometheus (Ridley Scott, 2012), Star Trek: En la oscuridad (J.J. Abrams, 2013)- ya nos hace temer incluso antes de que comience la proyección. Alguien pensará que tengo algo en contra de este señor, a quien obviamente no conozco personalmente, y que algo tendrán que ver los también acreditados guionistas Matthew Michael Carnahan, Drew Goddard -sí, el director de la también controvertida La cabaña en el bosque (2011)- y J. Michael Straczynski, así como el director Marc Forster, en el resultado final. No es que Guerra Mundial Z huela a otros productos ya conocidos de antemano dentro del subgénero: es que cae en dos o tres errores sobre los que se sustenta toda la argumentación esgrimida, lo que hace que una buena propuesta –la plaga zombi planteada como una pandemia vírica a escala planetaria- apenas pueda sostenerse debido a un desarrollo y unas conclusiones tan erróneas como inverosímiles…

guerra-mundial-z[¡Spoilers en este párrafo!] ¿Por qué estos no-muertos evitan a la gente enferma, si no se alimentan de humanos –tan sólo los infectan- ? ¿Por qué corren y saltan de manera sobrehumana? ¿Por qué allá donde va el personaje de Brad Pitt se lía la de Dios es Cristo cuando hasta entonces parecían tener la situación controlada? ¿Es que es gafe? ¿Por qué tienen encerrado a un agente de la CIA –David Morse– por un asunto menor con la que está cayendo? ¿Por qué es tan rematadamente torpe el científico que encarna Pierrefrancesco Favino? ¿Por qué muere de manera tan absurda el joven virólogo de Harvard? ¿Por qué algunos zombis tienen tics y comportamientos casi, casi caricaturescos? Y sobre todo, ¿por qué ese momento, ese plano anticlimático en el que el protagonista, sobradísimo, se detiene a beberse una lata de una conocida –y reconocible- marca de refrescos?

GMZ es de esas películas que sí, que entretienen, y tiene la curiosa virtud de estar construida sobre un buen puñado de escenas que por sí solas, de manera independiente, funcionan como estupendas set-pieces; pero, incomprensiblemente, no consiguen cimentar un conjunto coherente ni excesivamente original al que los más fanáticos reprocharán también su violencia light sin duda indicada para públicos juveniles.

Recomendado para conformistas del fast-food necrófago.

Una respuesta a «Guerra Mundial Z»

  1. Se me antoja una película recortada por muchos sitios. Hay muchísimas cosas que a los que hemos leído el libro nos puede sonar. Si, no se parece en nada al libro, pero esta película puede funcionar como un relato más del mismo, por que se ve de fondo muchas cosas que aparecen en él (la situación de Israel y su anticipación a la pandemia, las conjeturas de lo que pasa en Corea del Norte, la explosión nuclear que ven en el avión que puede referirse al bombardeo táctico que hay en la frontera indio-pakistaní, etc…). Pero claro, son cosas que para quien no ha leído la novela, ni le van ni le vienen, y encima despista si no dan explicaciones.

    La interpretación de Brad Pitt deja bastante que desear pues más bien parece un tipo aburrido que no tenía nada mejor que hacer en vez de un padre de familia preocupado por los suyos. En general, los actores llevan unas interpretaciones que dejan bastante que desear. Se nota que el director poco o nada hizo en cimentar sus personalidades.

    Me quedo con la sensación que logra esta película. Del terror que implica no ver a unos pocos zombies atacando un barrio, si no de miles arrasando una ciudad en cuestión de minutos. La peli es perfecta como spin off para ’28 días después’ subtitulada ‘lo que Jim se perdió estando en el hospital’.

    Se agradece, eso si, que no haya caido en el manido recurso de asociar cine de zombies con el gore más desatado.

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