La cabaña en el bosque

Insólita. Sorprendente. Desconcertante.

El caso de La cabaña en el bosque es uno de esos periplos cuyos vaivenes bien podrían dar para una película de ‘cine dentro del cine’, aunque aún no sé si sería un drama o una comedia: su producción está fechada en 2011 –el actor Chris Hemsworth, uno de los protagonistas, aún no se había dado a conocer como el superhéroe Thor en la pantalla y pareja de Elsa Pataky fuera de ella- , pero no fue estrenada hasta casi un año después, en algunos países había sido lanzada directamente al formato doméstico y en España, hasta hoy, había permanecido casi inédita: sólo había podido verse en el Festival de Sitges 2012 así como a través de otros circuitos de comercialización a través de internet. Entre los motivos para tal decisión está, según fuentes oficiales, la consabida piratería; un problema que, quizá en parte, bien podría paliarse si no mediasen tantos meses entre su estreno en USA y su llegada a Europa, o quizá ofertando un lanzamiento simultaneo mediante el video-on-demand –ahí está el experimento de Paco León y su Carmina o revienta., y la jugada no le salió nada mal- … En mi opinión, creo que es un tremendo error el que se ha cometido con este film, pues si lo que se quería era evitar la difusión por canales ajenos y ‘no oficiales’, decidme si ahora, casi dos años después, cuánta gente se habrá hecho con una copia ilícita a través de la red, fomentando precisamente lo que los distribuidores querían evitar. Ironías de la vida.

Pero personalmente, creo que el motivo en realidad es otro. Y es que La cabaña en el bosque es, probablemente, la película más extraña, insólita, sorprendente e inclasificable que se haya en los últimos tiempos. Uno se sienta frente a la pantalla dispuesto a ver la típica y tópica cinta de terror adolescente –poblado de jóvenes macizorros, rubias tontorronas, chavalitas apocadas y algún cómico secundario- en la que, atrapados en un inhóspito paraje alejado de la civilización, uno por uno irán cayendo de la forma más cruel y sanguinaria posible de la mano de algún monstruoso psicópata… Damos al play y la cinta arranca con un desconcertante prólogo en una especie de bunker militar ultrasecreto en la que un par de chupatintas –unos desmelenados Richard Jenkins y Bradley Whitford– se preparan no se sabe muy bien para qué. Luego sí, llega el desarrollo esperado: cinco amigos llegan a una aislada cabaña en un tenebroso bosque a pasar un fin de semana y donde, como mandan los cánones, se producirá una sangrienta matanza que preveíamos. Pero hay algo diferente: un par de detalles a lo Gran hermano inducen a pensar que el sitio no es lo que parece, y esos mismos funcionarios de los que hablaba antes parecen estar no sólo observándolos, sino, en cierta manera, jugando con ellos.

thecabininthewoodsMás no puedo decir; no si no quiero desvelar un tercer acto que, eso sí, tergiversa y retuerce el género hasta límites inimaginables. Los que hayan podido ver la cinta sabrán de qué les hablo, y seguramente se hagan la misma pregunta que yo me planteo –y sobre la que aún me debato- : ¿es La cabaña en el bosque una incomprendida genialidad o una absoluta memez? Reconozco su sorprendente imprevisibilidad, lo que la convierte en una cinta imposible de etiquetar fácilmente, y que las sensaciones que deja chocan entre el aplauso más absoluto –esa cruel sátira hacia los realitys televisivos; esa clara inspiración en clásicos como Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1980)- ; ese impagable guest starring final- y el rechazo frontal ante tan flagrante tomadura de pelo.

Sé que probablemente escribo hoy las líneas más enigmáticas de cuantos artículos haya publicado. Pero creedme si os digo que la única manera de juzgar tan inaudita gamberrada cinematográfica es experimentarla como mínimo una vez. Eso la convierte en una insólita pieza de obligada visión, algo de lo que, hoy día, muy pocas pueden presumir.

Recomendado para degustadores de rarezas inclasificables.

sensacineguaridadekovack

2 respuestas a «La cabaña en el bosque»

  1. Me paso algo raro con esta peli. Cuando la vi la odié, me pareció demasiado bizarra, mal actuado, con un final terrible…y sin embargo, después me dejó pensando muchísimo y me terminó convenciendo mucho. Es una gran parodia, excelente, con miles de referencias de culto y una historia, como decís vos, insólito… eso sí… no es PERFECTA. Pero sí te acepto que es muy interesante y que vale la pena. Un gusto adquirido, quizás. Joss Whedon rara vez decepciona.

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