Huida a medianoche.

Parajes exóticos, tiempos (algo) remotos, personajes de dudosa moralidad y un pasado del que es imposible huir: son los elementos habituales en los relatos novelísticos de Patricia Highsmith, y que con diferentes resultados han sido trasladados a la gran pantalla –los más recordados, sin duda, Extraños en un tren (Alfred Hitchcock, 1951) y El talento de Mr. Ripley (Anthony Minghella, 1999)- .

Las dos caras de enero (2014), debut en la dirección del guionista Hossein Amini, discurre por los mismos elementos, en este caso a través de un triángulo formado por tres norteamericanos forzados a huir tras un accidentado asesinato. Traiciones, celos, desconfianza y una palpitante tensión sexual son los cimientos de este thriller de intriga ambientado en la Grecia de 1962 que cuenta, además, con las sólidas interpretaciones de sus tres protagonistas, los ya más que asentados Viggo Mortensen, Kirsten Dunst y Oscar Isaac.

Resulta más que interesante comprobar cómo el espectador no siente incomodidad ninguna y toma cierta simpatía por estos tres antihéroes cuya ética es más que cuestionable –cada uno, a su manera, son timadores y embaucadores- ; sin embargo, el relato funciona a medias, pues si bien es cierto que es bastante sólido, su constancia no deja lugar a la sorpresa –más allá del fatídico destino de uno de los protagonistas a mitad de relato- , y resulta demasiado evidente que esta huida desesperada no les llevará, en realidad, a ninguna parte. Es esa sensación de contemplar un destino ya marcado lo que puede llevar a que perdamos parte del interés en la historia, cuando, probablemente, estemos ante una de las propuestas más sólidas, interesantes y bien armadas de lo que va de año, una de esas películas con aroma a noir clásico que, seguramente, se revalorizará con el paso de los años.

Por cierto… ¿alguien sabría descifrar el enigmático y ambiguo título?

Recomendado para degustadores de relatos de intriga sin artificios.