Estimulante debut
Con tan sólo tres cortometrajes –Minas (2004), Lobos (2004) y Bos días (2006)- y un par de capítulos de la miniserie Mar libre bajo el zurrón, el gallego Dani de la Torre ha dado el salto a la dirección de manera espectacular con El desconocido (2015). Quizá algunos piensen que escaso currículum es el suyo para enfrentarse a toda una gran producción nada parca en cuanto a recursos técnicos y humanos se refiere, pero a otros directores más jóvenes (estoy pensando en Amenábar o Kike Maíllo, por ejemplo) les dieron la alternativa con menos currículum a sus espaldas, y no les fue nada mal…
Debemos considerar por tanto a esta ópera prima como tal, es decir, teniendo en cuenta sus posibles defectos pero subrayando sus hallazgos. Y, empezando por lo mejor que nos ofrece la cinta, debemos aplaudir el hecho de que en la trama no importa tanto el whodunit que dirían los americanos –es decir, la incógnita de quién será el malo de la función- como la imprevisible resolución de la misma, apoyada en un desarrollo bastante bien construido, con un acertado tempo narrativo y un nivel de tensión que pone a prueba los nervios de los espectadores más inquietos. Digo esto porque, quien tenga el oído muy fino, identificará a las primeras de cambio la voz del anónimo que amenaza a la familia protagonista… pero, como digo, no importa tanto el quién es como el por qué lo hace. Y ahí, en ese mensaje subyacente, es donde reside la zona gris en la que se mueve con soltura el guion, ya que el personaje que tan bien construye el siempre eficaz Luis Tosar puede provocarnos empatía y compasión, o por el contrario, cierto recelo y apatía debido a su naturaleza profesional y a sus tejemanejes laborales. Y hasta aquí puedo leer, pero sin duda este detalle puede dar lugar a animados debates entre el respetable.

Un libreto, firmado por Alberto Marini, que sin embargo cae en alguna que otra incongruencia -¿por qué los perros sólo detectan una bomba?- y echa mano de lugares comunes del género que quizá, por estas latitudes, igual no hacían falta –el choque entre el jefe del operativo policial (Fernando Cayo) y la jefa de los artificieros (Elvira Mínguez) recuerda demasiado al tópico enfrentamiento entre cops y federales tan habitual en los thrillers americanos- . Eso y algunos fallos de raccord de primero de script –esa luna autorreparable, ese teléfono móvil autolimpiable– , evidentes hasta para el espectador menos atento a los detalles, restan una buena cantidad de puntos a un film que, sin embargo, hace gala de un virtuosismo con la cámara nada usual en el cine español –esos largos planos secuencia a diferente escala, esos giros imposibles dentro, fuera y alrededor del coche afectado al más puro estilo Cuarón en Hijos de los hombres (2006)- y que, aun como espectaculares fuegos de artificio, demuestran que nuestros realizadores y técnicos pueden estar a la misma altura de las grandes producciones hollywoodienses.
A pesar de sus errores, El desconocido es, por tanto, un interesante y muy entretenido film de ficción con un trasfondo muy actual –el tiempo dirá si aguanta el paso del mismo- y buen empaque en su conjunto. Habrá que estar atentos a la trayectoria de su director.
Recomendado para aficionados al thriller con mensaje.