‘La llegada’: Encuentros en la cuarta fase

Con más de veinte años de carrera tras las cámaras, el canadiense Denis Villeneuve vive un auténtico idilio con Hollywood desde que se diera a conocer con ‘Incendies’, su cuarto largometraje de ficción -antes había firmado diversos trabajos, desde cortometrajes hasta documentales-, que se quedó a las puertas de ganar el premio de la Academia como mejor película foránea en 2011. En los últimos cinco años ha realizado cuatro films en la Meca del Cine, todos excelentemente considerados -‘Prisioneros’ (2013); ‘Enemy (2013); ‘Sicario’ (2015); y ‘La llegada’ (2016)-, de aquí a unos meses nos traerá la tardía pero muy esperada secuela de la mítica ‘Blade Runner’ (Ridley Scott, 1982) y su nombre suena con fuerza para resucitar para la gran pantalla aquel controvertido ‘Dune’ (1984) de David Lynch, aunque este proyecto no está oficialmente confirmado.

Vistos ya unos cuantos de sus trabajos -no todos-, debo decir con sinceridad que aún está por llegar la peli de Villeneuve que me convenza plenamente. ‘Prisioneros’ tenía una trama brutal y un desarrollo contundente, pero creo que se veía lastrado por un tercer acto que no estaba a la altura del resto del film. ‘Enemy’ era tan hipnótica como turbadora. Algunos ingredientes de ambos títulos están es su última cinta, la ya mencionada ‘La llegada’, una plausible propuesta de ciencia-ficción que nos lleva de la mano de la doctora Louise Banks -estupenda Amy Adams– a establecer comunicación cara a cara con unos misteriosos seres extraterrestres que acaban de llegar a nuestro planeta. Un planteamiento, a priori, tampoco excesivamente original, y con un trasfondo con ciencia y militarismo enfrentados que nos recuerda a muchas obras del género similares, desde ‘Ultimátum a La Tierra’ (Robert Wise, 1951) a ‘Contact’ (Robert Zemeckis, 1997), pasando por ‘Encuentros en la tercera fase’ (Steven Spielberg, 1977) e incluso ‘Abyss’ (James Cameron, 1989) o ‘Esfera’ (Barry Levinson, 1998).

la-llegada-fotoEn una cabriola tan audaz como arriesgada, el realizador implanta en el relato algunos de los enigmas psicológicos de su versión de ‘El hombre duplicado’ en forma de ensoñaciones y falsos flashbacks para (de)construir una narración con constantes saltos temporales y aferrándose a un planteamiento del tiempo no como una línea de una sola dirección, sino como una percepción íntima y en varios niveles de conocimiento a la vez. Este primer contacto, es, por tanto, una plasmación del salto evolutivo sugerido en otro clásico, ‘2001. Una odisea del espacio’ (1968), pero siguiendo no tanto el manual de Kubrick como el de Christopher Nolan en otra que en su día también dio que hablar, ‘Origen’ (2010), dando un resultado final tan aparente y asombroso como desconcertante y lleno de contradicciones: [ATENCIÓN, SPOILERS] Si comprender plenamente el lenguaje alienígena nos lleva a toda la humanidad a poder ver y conocer toda nuestra existencia, de principio a fin -incluso aquellos momentos que todavía no hemos vivido-, ¿cómo impedir que un individuo evite un hecho dramático de su destino? Porque una cosa es que el personaje de Adams lo asuma y decida hacer ese recorrido sin cambiar nada y otra muy diferente es que otras siete mil millones de personas tomen la misma determinación. Y si uno solo de ellos cambiase algo de su futuro vislumbrado, ¿no afectaría a otros en un imparable efecto dominó? Por último, si el conocimiento se adquiere después del contacto alienígena, ¿por qué ese prólogo -que huele a tramposo- con la hija?

Todo el planteamiento inicial como parábola de la necesidad de poder y saber comunicarnos -con otra especie, pero también entre nosotros mismos- como elemento radicalmente básico y fundamental para la supervivencia termina perdiéndose en aparatosas paradojas, convirtiendo un punto de partida fabuloso en una enrevesada fábula sobre el día en el que los marcianos vinieron/vendrán al jardín de casa. Y aunque las criaturas parecen extraídas directamente de los lovecraftianos mitos de Cthulhu y apenas veo química en la pareja protagonista, aplaudo la originalísima escritura de los visitantes y el destacable trabajo de Adams, lo que no llega a ser del todo suficiente para una peli de la que me esperaba bastante más.

‘Independence Day: Contraataque’: ¿Recuerdas el verano del ’96?

ID CONTRAATAQUE fotoAdemás de ser una película tremendamente honesta –Roland Emmerich no engañó a nadie: dio lo que prometió, y a paladas- , había tres cosas que funcionaban estupendamente en el primer ‘Independence Day’ (1996): las escenas de batalla aérea, el natural humor de Will Smith y las maquetas que saltaban por los aires. Si para una secuela -que llega veinte años tarde- nos quitan dos de esas tres cosas, ¿merece la pena este ‘Contraataque’?

Podéis leer mi crítica en Cultura En Guada, aunque, supongo, que ya sabéis por dónde van a ir esta vez los tiros:

¡Que vienen los marcianos!

independence-dayVeinte años después, los alienígenas vuelven a atacarnos -y con toda la intención de no dejar piedra sobre piedra en nuestras ciudades- en ‘Independence Day: Contraataque’, secuela de la exitosa cinta que arrasó en taquilla en verano de 1996 y que llega ahora de la mano del mismo director, Roland Emmerich.

¿Qué otros ataques ha sufrido nuestro planeta por parte de hombrecillos del espacio exterior? En este especial de eCartelera.com repaso las invasiones marcianas que considero más memorables de la pantalla.

30 años de «V»

Esta semana se cumplen 30 años del estreno de la mítica V en nuestro país, un serial televisivo que, aunque hoy día haya perdido empaque y la veamos no sin cierto sonrojo -sobre todo por esa horrenda última temporada rematada a capón en el momento más bajo de la serie- , en su momento marcó a toda una generación, llegó a ser incluso polémica -¿quién no se acuerda del shock que produjo el parto humano/alienígena?- y hoy, ciertamnte, la recordamos con cierto cariño nostálgico ochentero… [leer más]