Una vieja amiga y colega, Cristina Besnard -con quien ya hablé en la ondas en el pasado a propósito de sus talleres juveniles de cine ‘Camarateando’-, presenta este próximo miércoles su último trabajo: ‘Resistiendo’, un documental de 35 minutos que codirige junto con Antonio García.
Lo hará el próximo miércoles, a las siete de la tarde, en el Archivo Provincial de Guadalajara, dentro de las jornadas tituladas ‘La despoblación rural en España: pasado, presente y futuro’. Pero antes, de primera mano, nos ha avanzado algunos de los secretos de la realización de esta obra en EsRadio Guadalajara.
Como ya os conté en este blog hace unos días, la joven realizadora alcarreña Raquel Larrosa está presentando su último corto documental ‘Skeikima’ en diferentes certámenes a lo largo y ancho del planeta. Así nos lo presentaba ella misma en EsRadio Guadalajara, pocas horas antes de ser mostrado en el Festival de Cine Documental, Videoperiodismo y Derechos Humanos #Artículo31 en la Cineteca de Madrid.
Ha sido una de las más gratas sorpresas del cine alcarreño del pasado año, cosechando premios, aplausos y excelentes críticas dentro y fuera de la provincia. Detrás de esta película, el empeño personal de una estupenda amiga y compañera, Inés Espinosa, que un día cogió su cámara y, desde un retrato casi intimista y con unos pocos protagonistas -no profesionales- , nos habla de ese silencioso cáncer que es la despoblación rural que va esquilmando, poco a poco, los pueblos y pequeños municipios de nuestro país.
Un documental hecho desde el corazón y con todo el cariño y, ahora que ya está disponible en abierto y gratuito en la red, no podía dejar de compartir como Corto de la Semana.
Conocí a Amparo Climent hace ya algunos años, en uno de esos encuentros de ‘El Día del Corto’ que organizaba en Madrid la extinta ACE (Asociación del Cortometraje Español) y a los que solía acudir representando a Baidefeis. Luego, un tiempo después, pude por fin descubrir su faceta de actriz sobre las tablas en un montaje de ‘Drácula’ que protagonizaba junto a Ramón Langa y Emilio Gutiérrez-Caba. Ahora, casualidad o destino, nuestros caminos han vuelto a cruzarse. Felizmente, añadiría.
Sin ningún tipo de apoyo ni subvención pública o privada -salvo un crowdfunding en el que participaron más de trescientas personas, algunas conocidas, otras anónimas- , Amparo ha producido y dirigido ‘Las lágrimas de África’, un documental al que los más puritanos le pueden achacar algunas carencias técnicas -entendibles, por otro lado, cuando uno conoce las enormes dificultades que conlleva realizar un trabajo de este calibre prácticamente en solitario- pero cuya contundencia es incuestionable: viajando prácticamente con lo puesto y cámara en mano, ya sea a través de fotografías, testimonios o imágenes cinematográficas, Amparo ha dedicado dos años de su vida -y gran parte de su patrimonio personal, comenta en petit comité- a sacar adelante este testimonio en primera persona sobre cómo los refugiados sobreviven a duras penas «a las puertas de nuestra propia casa», como ella misma subraya, refiriéndose a la triple valla de Melilla. La película habla por sí misma, sacude y estremece, y lo hace además sin caer en tremendismos ni en moralinas, con una rabia y una violencia implícitas y contenidas, pero dejando al mismo tiempo un leve aliento a la esperanza.
Como el #FESCIGU2016 está dedicado a los refugiados, Amparo Climent fue el primer nombre que surgió para formar parte del jurado. Éste ha sido, por tanto, nuestro segundo reencuentro, y que me ha dado la oportunidad no solo de poder ver ‘Las lágrimas de África’, sino también charlar con ella, con la cámara como testigo, emplazándonos a vernos de nuevo el próximo 8 de octubre, en la Clausura del XIV Festival de Cine Solidario de Guadalajara.
Pero esta semana, de improviso, me llegó una nueva oportunidad de compartir un ratillo con Amparo. Como sabéis, desde hace dos años formo parte del jurado de los Blogos de Oro a través de mi blog. En la última edición, ‘Las lágrimas de África’ recibió uno de los nuevos galardones establecidos desde este año, un premio especial Baratometraje -elegido también por los blogueros que participamos con nuestros votos- que intenta impulsar y dar visibiliad a todas esas producciones españolas pequeñas, que no cuentan con el respaldo de una gran productora o de una importante financiación, y que también merecen ser descubiertas y valoradas. Durante los jueves de septiembre, este documental ha podido verse en los Cines Renoir Princesa y en Cinemes Girona de Barcelona. Hugo Serra, distribuidor del film -a través de su nueva iniciativa, ConUnPack Distribución– y uno de los impulsores del premio Baratometraje, me ofreció hace unos días la posibilidad de presentar -o anfitrionar, término que no existe pero que propongo desde ya a la R.A.E.- el último pase –amadrinado, precisamente, por Blogos de Oro- en Madrid de este gran documental. Todo un honor.
Ayer jueves 22 de septiembre tuvo lugar la cita. Tras una breve bienvenida, el público pudo ver la peli -tras proyectarse el tráiler de ‘Los sueños de Idomeni’, el próximo proyecto documental de Amparo- y participar después en un animado debate en torno a lo que se había visto en pantalla y las reflexiones que extraíamos cada uno de nosotros. Desde el activismo y la implicación social hasta la responsabilidad política, muchos matices se contrastaron en un debate tan interesante como necesario, y que se prolongó durante un buen rato en la Sala 11 de los Princesa.
Disfruté muchísimo de esta experiencia, y os recomiendo que, si tenéis posibilidad, no dejéis de ver un trabajo tan honesto y necesario como ‘Las lágrimas de África’. De aquí en breve estará disponible en plataformas on-demand; estad atentos. Y durante el FESCIGU podréis ver un corto documental que le hemos dedicado a Amparo y su obra titulado ‘Frontera sur’, uno de los muchos audiovisuales que he editado para este certamen, que se proyectará en el Buero Vallejo el último día del Festival, el 8 de octubre, a las 19 horas dentro de la Sección Refugiados.
*«Boza» es, posiblemente, la palabra que más impacta y se agarra en nuestra mente al ver ‘Las lágrimas de África’. Es un cántico de victoria y a la vez un desgarrador grito que reclama libertad, que los subsaharianos repiten con todas sus fuerzas, hasta que no pueden más, encaramados a las vallas de la frontera sur mientras intentan evitar las concertinas, los alambres y los golpes de las policías marroquí y española.