En la ciencia-ficción, existe un punto de equilibrio muy delicado entre la pretenciosidad y la honestidad, entre la escasez de recursos o el máximo rendimiento de los mismos. Para los que sentimos una debilidad especial por este género, resulta doblemente gozoso encontrarse con propuestas como Ex Machina (Alex Garland, 2015), una notabilísima propuesta de sci-fi independiente… [leer crítica]