El Corto de la Semana: ‘Troops’

Entramos en la semana de ‘Star Wars: Los últimos jedi’ (Rian Johnson, 2017), que llega a las salas de todo el mundo el próximo viernes 15, y es la excusa perfecta para recuperar ‘El Corto de la Semana’ en busca de alguna de esas obras que pueblan el vasto universo de internet homenajeando/parodiando/imitando (táchese lo que no proceda) personajes, mundos y cánones de la saga lucasiana, hoy en manos del gigante Disney.

Y de pronto me he acordado de ‘Troops’, una pieza que acaba de cumplir veinte primaveras -ahí es nada: es anterior no sólo a la nueva trilogía, sino a la primera de las precuelas, el ‘Episodio I’, que llegaría dos añitos más tarde- y que, con desparpajo, buen humor y estupendos FX, nos convertía en espectadores de un ficticio programa catódico -y galáctico- en el que, siguiendo la estética del recordado ‘Cops’ de la TV americana, seguíamos la complicada jornada de los soldados de asalto imperiales en un entorno tan inhóspito y complicado como Tatooine.

Lamento que la copia tenga una calidad tan limitada, es lo mejor que he podido encontrar con subtítulos en castellano.

‘Los del túnel’: Héroes y cretinos

Una historia que comienza por el final, un puñado de necios como protagonistas y un tono tremendamente crítico con más carga satírica que paródica. Quienes vayan a ver ‘Los del túnel’ (Pepón Montero, 2017) pensando que se van a partir de risa con una fácil parodia ibérica de las catástrofes hollywoodienses, se encontrará una feroz y perversa crítica al ideal estandarizado de individuos socialmente aceptables, sin tacha, capaces de mejorarse a sí mismos y a los que les rodea tras sobrevivir a una tragedia…

Podéis leer la crítica completa en Cultura En Guada.

El Corto de la Semana: ‘Spiderman ya no vive aquí’

Acaba de salir el primer tráiler oficial de Capitán América: Guerra Civil (Anthony & Joe Russo, 2016), el nuevo blockbuster de Marvel que se estrenará a escala planetaria a finales del próximo mes de abril, y durante todo el fin de semana las redes se han trufado de debates, opiniones, críticas, aplausos y chascarrillos varios sobre la fugaz aparición, casi como un guest starring, del Spider-Man bajo cuyas mallas estará Tom Holland.

Dejaos de gaitas. El verdadero hombre-araña castizo y cañí es el que protagonizó, años a, una película mítica y legendaria en el mundo del cortometraje hispano, cuya existencia se rumoreaba por pasillos y aulas de escuelas de cine cual leyenda urbana: una obra friki de edad indeterminada (se cree que se produjo en algún momento de los años ochenta) precursora del hoy llamado mockumentary (falso documental) en la que un hombre-araña talludito, en las antípodas del superhéroe atractivo y musculoso de Hollywood, se quita la máscara para anunciar su retiro, lamentándose de que «los héroes modernos aplastan, machacan, trituran, matan… ya ni Dios distingue a los buenos de los malos». Será imperfecta, pero fue su adelantadísimo discurso fue profético.

[Especial ‘Los 12 mejores cortos realizados por fans’]

El Corto de la Semana: «James Bond y el Síndrome del Re-Bemol»

Aunque ahora mismo no esté disponible la página donde voy recopilando los ‘Cortos de la Semana’ -la estoy reorganizando, para hacerla más visual y accesible; espero tenerla lista en breve- , no quiero dejar pasar más tiempo sin recuperar mis recomendaciones periódicas con los mejores cortometrajes que me voy encontrando por la red.

Y el hallazgo de esta semana tiene una pequeña intrahistoria: buscando posibles fan-films inspirados en las aventuras del famoso agente 007 para un eventual reportaje en eCartelera.com -cuya publicación hubiese coincidido con el estreno de Spectre (Sam Mendes, 2015)- , me encontré con esta divertida e ingeniosísima parodia pergeñada, realizada y firmada por el colectivo humorista canario El Supositorio y que se rodó en Santa Cruz de Tenerife en 2011.

El citado reportaje se cayó finalmente -no hay tantos cortos bondianos en la red, y la mayoría de ellos están en inglés y sin subtítulos- , pero no quería dejar de recomendar y compartir esta pieza que, desde luego, gana en sentido del humor al genuino espía con licencia para matar.