La ciudad de los niños perdidos.
A veces –ya lo he comentado en otras ocasiones- uno tiene la fortuna de tropezarse con una de esas películas que casi con toda probabilidad no trascenderán, ni arrasarán en la taquilla, ni se verán recompensadas con premios, adulaciones y grandes aplausos, pero que nos regalan hora y media de cine honesto, intachable y reconfortante; no pocas cualidades para una producción pequeña y modesta como es Las vidas de Grace, libre y nefasta traducción al español de la original Short Term 12 y ópera prima del desconocido Destin Daniel Cretton que llega ahora, con más de un año de retraso, a nuestra cartelera.
Short Term 12 es un centro para jóvenes con diversos problemas sociales y familiares, donde conviven, en diversidad de regímenes, chicos y chicas desde la preadolescencia hasta cumplir los dieciocho años. Y es ese lugar y las múltiples personalidades que lo pueblan el verdadero protagonista de esta historia y que, aunque es cierto que el guion pivota principalmente alrededor de Grace (Brie Larson) -una de las cuidadoras y que, como su pareja Mason (John Gallagher, Jr.), también en su día fue un niño perdido- vidas cruzadas como las de Marcus (Keith Stanfield) o Jayden (Kaitlyn Dever) son igualmente importantes en la trama.

Ninguna pega le puedo poner a esta película que emana sinceridad, frescura y veracidad por los cuatro costados: con un guion inspirado en su propio corto homónimo realizado cinco años antes, Cretton se apoya en un grupo de actores cuya juventud y breve experiencia ante las cámaras –algunos son prácticamente debutantes- no son obstáculo, sino más bien todo lo contrario, para componer ese microcosmos de caracteres y personalidades, tan dispares entre sí como necesarias para conocer la realidad de dichos centros de apoyo.
Las vidas de Grace es un cuento contemporáneo sobre el temor: temor al abandono, a la soledad, a los abusos y a la violencia física, pero también a hacerse adulto, a asumir responsabilidades –desde tener que enfrentarse a la vida fuera del centro hasta la paternidad- … sentimientos terribles que estos héroes anónimos y solidarios solo lograrán hacer frente apoyándose los unos en los otros.
Un inspirado homenaje, didáctico y necesario, hacia quienes, en cualquier rincón del mundo, dedican sus vidas a ayudar a los demás.
Recomendado para degustadores de cine social.