Seguramente muchos (inquietos) espectadores le achacarán a Caníbal (Manuel Martín Cuenca, 2013) un ritmo excesivamente pausado e incluso tedioso. Pero esta película tiene, entre sus muchas virtudes, la de arraigarse en tu mente hasta el punto de que, pasados varios días, sigues pensando en cada mirada, en cada silencio, en cada detalle sutil. Memorable Antonio de la Torre, y todo un descubrimiento Olimpia Melinte, en un thriller de terror psicológico austero y minimalista que ya está disponible en algunas plataformas de VOD… [leer crítica]