Sensaciones maratonianas

Colorín colorado del 25º Maratón de Cuentos de Guadalajara. Foto (C) Isra Calzado López

Como ya comenté hace unos días, vengo siguiendo el Maratón de los Cuentos de Guadalajara desde hace ya algunos años: casi siempre, a través del objetivo de mi cámara. Sin embargo, este año he podido vivir esta cita cultural desde una perspectiva mucho más amplia y enriquecedora, donde los nervios, el desgaste y el cansancio quedan en un segundo plano ante la satisfacción que da el poder formar parte, desde dentro, de un acontecimiento tan especial.

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Parte del equipo del Maratón Tuitero. Foto: Israel Hergón (FB).

He podido afrontar el #25MaratónCuentos desde diferentes perspectivas, a cada cual más curiosa. Twitter mediante, he formado parte del grupo que coordinaba el Maratón de Redes Sociales, que se estrenaba en esta edición con el reto de coseguir ser trending topic en la tarde del sábado -ecuador del Maratón- . ¿Se consiguió? Sí y no. Si el objetivo era ser tendencia en la red del pajarito en la franja horaria marcada, nunca llegamos a superar el segundo escalafón de la tabla -un debate político en televisión nos privó de la primera posición- ; lo gracioso es que sí que se logró en momentos en los que no nos lo habíamos propuesto, como fue en dos ocasiones el mismo viernes por la tarde-noche -en una de ellas, superando por sorpresa a la Selección Española, que jugaba su segundo partido de la Euro’16- y el sábado por la mañana. La satisfacción en el equipo, como podéis imaginar, fue mayúscula, y eso que durante las primeras 24 horas de Maratón diversos contratiempos técnicos nos hicieron temer que el proyecto no llegaría al final del recorrido.

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Tuiteando y fotografiando a tres bandas con Rubén Madrid y Mariam Useros. Foto: Pere Rojo (TW).

También tuve ocasión de echar una mano, puntualmente, desde la caseta de información el viernes por la noche, y, aun sin turno fijo, de nuevo formé parte del equipo del Maratón Fotográfico de la af/G, cubriendo, entre otros acontecimientos, el cierre final de la gran fiesta de la palabra que se produjo el domingo, ya pasadas las tres de la tarde, y cumplidas las tradicionales 46 horas de narraciones ininterrumpidas.

Me hubiera gustado participar más y en más cosas, y lamento no haber podido acercarme por el Moderno o acudir al Libro Gigante en la Plaza Mayor. Pero este Maratón, en sus bodas de plata, me ha permitido trabajar codo con codo con un grupo de gente maravillosa y entusiasta. Es lo mejor que me llevo en el zurrón; eso y haber formado parte de algo increíble aportando al menos un poquito. Ya estoy deseando que pasen los próximos doce meses.

Nos vemos en el #26MaratónCuentos 😉

[Nota: próximamente, publicaré una pequeña galería fotográfica. De momento, podéis ver las ediciones anteriores aquí]

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