Un año después de su paso por los festivales de San Sebastián y Sitges, llegaba a nuestra cartelera The Zero Theorem (2013), la última película del singular Terry Gilliam, y su permanencia no ha podido ser más fugaz: ni tres semanas ha durado en nuestras salas.
Debo decir que no es de extrañar, pues nos encontramos ante una errática propuesta trufada de ideas con potencial pero torpemente desarrolladas, confusa y, por momentos, sin sentido narrativo alguno… [leer crítica]