Corazones de acero (David Ayer, 2014) poseía todos los ingredientes para ser un gran film, digno sucesor del belicismo cruel e hiperrealista de Salvar al soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998). Sin embargo, y a pesar de contar con una primera mitad portentosa, situaciones poco verosímiles, secuencias que paralizan el ritmo y un desenlace tan previsible como trufado de calamidades técnicas y de guion hacen que esta odisea guerrera con Brad Pitt al frente deje cierta sensación agridulce… [leer crítica en Cultura En Guada]
Bastante de acuerdo con tu crítica a esta película. Si bien la primera parte de la película refleja adecuadamente los últimos estertores del mayor conflicto bélico de la historia la última parte es un compendio de sinsentidos que no le hacen ningún favor al resultado final.